domingo, 10 de noviembre de 2019

EN CUENCA (taller de escritura en la Universidad)




Llegué a Cuenca en primavera, en uno de esos días engañosos en los que cambiar de acera es como cambiar de estación del año. 
Elijo el sol y me burlo de esa gente que vaticina paraguas. 

Recupero el aula con vistas de cada año y me reúno con catorce escritores desconocidos: presentaciones, reflexiones, confesiones, gestos tímidos que se van aflojando, cuadernos abiertos, cortinas cerradas, cámara y acción.
Hablamos de para qué, de lo que nos gusta, de qué sentimos cuando entramos en nuestro cuarto propio, hablamos de libros y hasta del Camino de Santiago. 

A mí me gustan los comienzos, el no saber qué ocurrirá… como si alguna vez se supiese, me gusta incluso el cansancio de esas noches largas y bellas que enlazan con días largos y bellos que enlazan con ojeras y con pies metidos en botas que suben cuestas y bajan cuestas, con esas lluvias cargadas de repentes en las que me repito que no hace falta el paraguas si corro un poco. 
Sí, llegué a Cuenca en una primavera engañosa que se tornó en crudo invierno. 

Yo sentí unas ganas enormes de un bocadillo de queso manchego que servían en una tienda minúscula. El chico me ofreció combinarlo con salchichón, con jamón, con algo más. Yo no quería que nadie invadiese mi queso. 
Finalmente me pidió que le permitiese hacerlo a su manera, tostando el pan, echándole un aceite de oliva virgen recién llegado, que le permitiese trocear un tomate que acababa de coger de su huerto…
Cómo decirle que no.
Nos despedimos mientras me hablaba de un dinosaurio manchego que se llama Pepito… o algo así. 

Me gusta llegar a un sitio como si fuese la primera vez y encontrarme un cuento. Me gusta la gente que se esfuerza para que los bocatas con prisa sean mucho más que un pan con algo. 

Gracias Cuenca, porque siempre me tratáis bien.
Ojalá regrese cada año durante muchos años.
Ojalá sigáis sonriendo al que llega y contándole cualquier cosa inesperada. 

- Cuidado que hace fresquete - me dice el hostelero cuando voy a abrir la puerta.

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