Tengo que decirte que no aprendí a cojear aunque aquella doctora insistió en que no abandonase la muleta. Nunca me gustó apoyarme, soy orgullosa y coqueta como el león que da la espalda al viento para que peine su melena.
Tengo que decirte que detesto algunas frases: "cuídate" "descansa" "ánimo" "desconecta" "¿comes bien?”
No me gusta la condescendencia ni las madres postizas.
No me gusta la condescendencia ni las madres postizas.
Te aviso, convivo a diario con la magia y con una fantasía desbordada. Utilizo las metáforas para derribar el cemento de mi garganta. Dejo pasar el pasado con exagerada facilidad.
No me hagas hablar si elegí el silencio.
Ah, y no me cuentes futuros... ni siquiera a través de promesas, yo me vuelvo incómoda y mis sueños agüero.
También soy sinceramente mentirosa y hace mucho que no me entretengo con porsiacasos.
En cada desayuno, empiezo un libro.
*Foto de Brooke Shaden
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