jueves, 17 de octubre de 2019

LUNES



"... Aprendió muy pronto que la vida no se estira. 
Aquel anochecer comenzó por la cocina.
Sartenes, cacerolas, conservas, cubiertos, paños de limpieza, productos de limpieza, las sobras de un domingo premeditado, cerillas, recipientes de plástico, recipientes de metal, botellas vacías con el deseo de llenarse, pinzas, electrodomésticos portables y la ropa sucia que siempre espera.
Una vez que había depositado todo perfectamente alineado tanto vertical como horizontalmente en el hueco exacto que queda entre la puerta de entrada (a veces de salida) y la escalera, continúo por su cuarto. 

Libros, sábanas, las dos mantas de invierno, la manta de entretiempo, almohada, tres colchas del mismo color, ropa para cualquier día, adornos para las manos, para el cuello, para el cabello, para las orejas, adornos para los días monocolor, zapatos para dentro y para fuera de la agenda, cajas llenas, cajas por llenar, más libros, una lámpara, el colchón que nunca quería irse, las cortinas que la separan del resto, el espejo en el que solo ella se mira, el espejo que ofrece a los que llegan, papeles en blanco, papeles con letras y un calendario de pared con doce septiembres. 

Tuvo que utilizar unos centímetros del primer escalón. Era una suerte no tener vecinos los domingos, la gente se vuelve invisible cuando se queja de un lunes que todavía no se ha presentado, como esas personas a las que rechazas por lo que escuchaste decir sobre ellas..."

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.