Imagen de Queenie Liao |
Allí, donde termina tu mirada empieza el frío
Karmelo C. Iribarren
Quisiera
detener el reloj,
observar solo los detalles,
sin ser vista.
Tocar con la palma de la mano
los gestos que nunca salen en las fotos.
Tirar de la cuerda
que veo junto a la comisura de tus labios,
y obtener las
palabras
que siempre se quedan en la punta de la lengua.
Desearía,
recoger el tiempo perdido
y plantarlo en un jardín.
Sentarme,
en el extremo de esa silla que cojea
y disfrutar del movimiento
que transcurre entre el vaivén y la caída.
Agotar esa última vida del juego,
asomada al precipicio.
Ser el botón a punto del suicidio
y abrazarme al hilo que se agarra a la tela,
esperando que la aguja me devuelva a mi lugar.
Suspiraría,
Suspiraría,
por la última vibración
que provoca en el alma,
la carcajada
sincera.
Momentos invisiblemente mágicos. .. quién pudiera agarrarlos! Sigue, sin piedad...Un abrazo, Liana
ResponderEliminarGracias, bellísima. Te regalo mis versos por toda la amistad que me diste, me das. Si algo cambió hace un año fue mi mirada. Ahora se detiene de forma inconsciente en los detalles importantes. Escribir... sin piedad.
EliminarQué bien sienta este cuarto propio tan lleno de detalles, más ahora que decido desconectarme del ruido para prestar atención a otras voces más pequeñas...gracias.
ResponderEliminarBienvenida, disfruta de lo pequeño. Yo también te haré alguna visita pronto. Un abrazo
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