Imagen de Chiara Carrer |
No se puede lamentar la vida que no se vivió
Junot Díaz
Fatiga con forma de sofá.
Te quejas.
Tus manos son otras,
cada trazo de tus dibujos tiembla
sueña con un final inalcanzable.
Zapatos en pausa,
pies que siempre desean detenerse.
Te quejas,
porque nada funciona.
Las mismas vistas,
desde la misma ventana.
La nada como perspectiva,
una lámpara de nada
ilumina la hoja en blanco
en tu sillón de nada.
Te quejas,
escupes el humo de tu vicio,
imaginas la otra cara de la novela.
Vomitas envidia,
remueves el café,
mareas el azúcar,
para enfriar la vida.
Te quejas
porque no queda sal
regresas a tu sillón de nada,
te conviertes en espectador
del boceto de tu presente.
Esperas.
Esperas.
Suena mejor el quejío. La queja no va contigo.
ResponderEliminar(soy Sandra)
Surprise!
ResponderEliminarEl quejío en flamenco me transmite dolor. Lo prefiero a la queja crónica, a las excusas. No va conmigo, los lloricas tampoco. Nos vemos pronto.
Q grande eres...enorme!!!!
ResponderEliminarBesos
Agosto es para jugar.
Eliminar