jueves, 24 de noviembre de 2016

LO INCÓMODO EN LO COTIDIANO

Imagen de Jehan Choo



Y aunque es la virtud tan fuerte, temo que tal vez la venzan. 
Que es muy grande la costumbre y está la virtud muy tierna.
Sor Juana de la Cruz

Me duele doblar tus calcetines,
se tensa la comisura de mis labios
cuando es la indiferencia la que sonríe
a la misma hora de siempre.

Siento miedo cuando hemos de decidir la cena,
me avergüenzo de lo bien que cocino
mientras observo que la ropa está tendida
y las sábanas sin arrugas.

En la estantería de cristal
no queda ni una huella de mis dedos libreros.
Ya no soporto depilarme solo los viernes
como si los martes no estuvieras.

Me aterra que me preguntes lo que ya sabes
y que yo disimule
como si mi respuesta te salvase
al cruzar por el  paso de cebra.

Si te acercas a mi rostro por costumbre
o si dejas tanto espacio
entre tu boca y mi mejilla,
confundo amor con  bostezo.

Me acostumbré a leer en la cama
con tus ronquidos como banda sonora.
La  convivencia de cada día,
también es esto.



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