lunes, 24 de julio de 2017

DOS HISTORIAS


Ilustración de Cynthia Tedy

¡Qué alegría ser así dos historias en un cuento! 
Jorge Guillén


Compró aquella maleta cuando no tenía ninguna intención de viajar. La presión de la urgencia reparte con talento de crupier las opciones y entonces ella se bloquea, mira el mantel, las cartas, las maletas… y no se decide por ninguna. Imaginad la tremenda ansiedad si hubiese un viaje a la vuelta de la esquina. 

Es mejor comprar maletas sin viaje, paraguas sin lluvia, agendas sin citas. Ya se encargará ella después de rellenar su vida sin prisa, con trenes, aguaceros y fechas. 


Él gastaba el domingo por la noche en anotar los almuerzos de la semana. El lunes compraba los ingredientes de una semana premeditada. Tenía la ventaja de no haber dibujado jamás un por si acaso, ni un quizá, pero a cambio casi nunca habitaba un ahora.
Después trazaba flechas, cada momento con su tarea futura y se ponía en marcha dando ejemplo con su puntada pertinaz. 

Se querían, cada uno a su manera. Ella lo amaba cuando lo veía y él solo la veía cuando su calendario le avisaba.

Pero ella nunca leyó sus planes anotados. 

Pero él nunca fue infiel a su agenda. 

Como siempre coincidían, creyeron que vivían en el mismo cuento, pero alegremente, cada uno tenía el suyo.


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