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Súbitamente comprendí que todas las cosas solo van y vienen
incluido cualquier sentimiento de tristeza: también se irá: triste hoy, alegre mañana.
Sobrio hoy, borracho mañana ¿Por qué inquietarse tanto?
Jack Kerouac
Las tardes de domingo siempre son tristes.
La
luz que no llega a iluminar del todo, se marcha más despacio, convirtiendo cualquier gesto en tristeza.
El
amanecer es solo un disfraz, un pellizco para que salgas de la cama y no
recuerdes qué día es hoy.
Los
domingos no amanece.
Estás
a punto de ser devorada por el colchón y sabes que alguno de tus recuerdos,
atrincherados en el extremo más oculto de un corazón hastiado, saldrá a la luz
en forma de lágrima.
Son
bellas las gotas que navegan por una pálida mejilla anoréxica, para
volver salados los labios sin ganas de besar
La
tristeza de las mujeres que lloran frente
a espejos rotos en las fotos antiguas, es hermosa.
Pero
esto es la realidad.
Mi
melena es hoy, una maraña de cabellos que no acariciará nadie y mi temperatura
se empeña en que el termómetro grite fiebre.
El
viento arrancará la hoja de enero.
Existen
meses que no merecen ser tocados, días en los que no amanece.
Existen
los domingos que no sueñan despiertos, las horas que duermen esperando ser
salvadas por un cuaderno en blanco recostado sobre el primer instante de un
lunes.
Chapeau, me encanta, Luisa.
ResponderEliminarGracias, Luisa. Los domingos merecen una novela.
EliminarY cuántas horas se han salvado/enriquecido gracias a la escritura!
ResponderEliminarBesos!
Los cuadernos ganan mucho con un buen domingo.
Eliminar(Jajaja: Ayer comenté por el teléfono y ví que no salía... pero no ví el mensaje de la aprobación previa del comentario, así que tendrás varios míos. No es cansinismo. Me gustó tu escrito y quería decírtelo)
ResponderEliminarGracias, Laura. Con tantos viajes no puedo conectarme a diario. Un abrazo, la verdad es que los domingos también me gustan ;)
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