domingo, 10 de enero de 2016

DOMINGO



Imagen de Jimmy Liao
Súbitamente comprendí que todas las cosas solo van y vienen 
incluido cualquier sentimiento de tristeza: también se irá: triste hoy, alegre mañana. 
Sobrio hoy, borracho mañana ¿Por qué inquietarse tanto? 
Jack Kerouac


Las tardes de domingo siempre son tristes.
La luz que no llega a iluminar del todo, se marcha más despacio, convirtiendo cualquier gesto en tristeza.
El amanecer es solo un disfraz, un pellizco para que salgas de la cama y no recuerdes qué día es hoy.

Los domingos no amanece.

Estás a punto de ser devorada por el colchón y sabes que alguno de tus recuerdos, atrincherados en el extremo más oculto de un corazón hastiado, saldrá a la luz en forma de lágrima.

Son bellas las gotas que navegan por una pálida mejilla anoréxica, para volver salados los labios sin ganas de besar

La tristeza de las mujeres que lloran frente a espejos rotos en las fotos antiguas, es hermosa. 

Pero esto es la realidad.

Mi melena es hoy, una maraña de cabellos que  no acariciará nadie y mi temperatura se empeña en que el termómetro grite fiebre.

El viento arrancará la hoja de enero.

Existen meses que no merecen ser tocados, días en los que no amanece.


Existen los domingos que no sueñan despiertos, las horas que duermen esperando ser salvadas por un cuaderno en blanco recostado sobre el primer instante de un lunes.


6 comentarios:

  1. Chapeau, me encanta, Luisa.

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  2. Y cuántas horas se han salvado/enriquecido gracias a la escritura!
    Besos!

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  3. (Jajaja: Ayer comenté por el teléfono y ví que no salía... pero no ví el mensaje de la aprobación previa del comentario, así que tendrás varios míos. No es cansinismo. Me gustó tu escrito y quería decírtelo)

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    Respuestas
    1. Gracias, Laura. Con tantos viajes no puedo conectarme a diario. Un abrazo, la verdad es que los domingos también me gustan ;)

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