sábado, 5 de diciembre de 2015

CREACIÓN


Imagen de Yawen Zheng
Es bello lo que procede de una necesidad interna del alma. 
Wassily Kandinsky 

Una mano se mueve bajo los escombros, es la mía. 
La acaricio con mi mejilla; la otra, la izquierda, permanece relajada, vaga, marcando con el dedo meñique el ritmo que da pie a un lento comienzo.

Ya no hay peces nadando en la pecera, no queda agua. La sed me invita a  caminar hasta una fuente. Sonrío a pesar de haber perdido todo el equipaje durante el viaje.

Desnuda, descalza y libre, sonrío.

El viento me saluda. Recuerdo el sabor del desayuno e improviso una tetera en un paisaje desolado.

Mi mente se llena de cuentos e imagino los personajes que me esperan junto a  la fontana.
Contemplo  otras manos que también se mueven acumulado la tierra necesaria para  pintar montañas.  Otras almas  se agitan y contagian su ritmo a las hojas del otoño. Miradas que buscan sin querer encontrarlo todo, dejando atrás la carga de la estabilidad.

Ya no sueño en blanco y negro. 

No conocía todos los colores que puede tener un desayuno sin ti, conmigo.  Tengo nuevas arrugas tras haber aprendido a reír.
Solo me queda un infinito lienzo en blanco, fácil de borrar y la vieja radio que se sintoniza a su antojo.


Hoy , nada más abrir los ojos, alguien me regaló un abrazo. 

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