miércoles, 28 de octubre de 2015

SALTO

 
Imagen de Alessandro Gottardo


Uno debe ir siempre hacia el lugar donde no está señalado. 
Henry Miller

Imagino escaleras empinadas. Suben demasiado despacio hasta los paisajes que no te enseñé.

No me quedan fotos de los lugares donde nunca estuvimos, ni recuerdo el sabor de la deliciosa fruta que no probé.

Disfruto moviendo el pincel por el lienzo mientras consigo colores sin nombre.

Me importan poco las cifras de cualquier operación matemática.
No sé sumar y olvidé el número de días que compartimos.

Has estado a punto de borrar todos los bellos momentos que tatué en la parte más profunda de mis ojos.
Te empeñas en arañar mi piel imaginando que otro la acaricia.

Inventas un falso laberinto y yo  estoy cansada de caminos inciertos.
Me mareo en las curvas cerradas.
Ni siquiera me importa la cantidad de calles por las que he caminado ni hasta dónde llegaré mañana.  

Ni siquiera me importa mañana.

Me conformo con un par de cuadernos, una mano que acaricie mi espalda cuando haga frío y poder tumbarme bajo la música de un gran piano para sentir que mis emociones aún vibran.  

Has elegido deshilachar la pegajosa cinta con la que hicimos un lazo.  Bastaba con agarrar unas tijeras y hacer un corte limpio.

Bastaba con no tocar.  

Es imposible sanar a quien inventó su triste diagnóstico.

Me dedico a subrayar frases que enmarcan mi historia y apoyo mi cabeza en algún margen. 

Me sorprende  abrir el viejo baúl y comprobar que no hay ni rastro de polvo en los mejores recuerdos.  

El cerrojo se ha deslizado suavemente invitándome a salir.

La templanza que almacené aguarda deseosa de acompañarme en el próximo mapa. 

Prescindo de  escalones que desembocan en fatiga.


Y salto.


3 comentarios:

  1. No te me marees que te siento muy lúcida con un cuaderno en la mano (o varios). Salta hacia arriba, eso sí ;)

    Un abrazo

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