Imagen de Fco. Martín Domínguez |
¿Para qué llamar caminos a los surcos del azar?
Antonio Machado
Aprendí que el destino no son más que costumbres, hilvanadas a veces con débiles puntadas en un intento de no dejar huella.
Miramos atrás y fingimos no conocer el motivo ni el lugar donde habitamos, tras repetir camino posando cada pie en idénticos pasos.
Pero uno sabe bien que vislumbró adónde iba y que siempre pudo cambiar de itinerario cuando de lejos divisó el precipicio.
Uno sabe bien que las flores que le otorgan las merece, que al final la vida es sincera y aunque el azar nos reparta equivocadas cartas, hay tiempo suficiente para decidir si jugamos solo con lo recibido o si añadimos ese "algo escondido" bajo una de nuestras mangas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.